¿CUÁNTO CUESTA LA VIOLENCIA DE GÉNERO?

En junio, el Gobierno Nacional decidió disolver la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género. Se trataba de la última oficina dedicada a atender esta problemática. Con este cierre se eliminó por completo la única institucionalidad en el Ejecutivo para atender la violencia de género.

Más allá de la diversidad de opiniones que genera este tema, lo cierto es que no ocuparse de prevenir y atender la violencia de género genera costos, que no son sólo sociales o individuales, sino y en gran medida, también económicos que no deben pasar desapercibidos

Estos costos fueron analizados por la Mgter. Ileana Chirinos, Coordinadora de Violencia, Género y Diversidad de la Universidad Nacional de Villa Mercedes- UNVIME. “Los costos que provoca la violencia son realmente significativos y nadie en Argentina está poniendo actualmente la atención ahí, al menos públicamente”, dijo la profesional.

Chirinos expresa en números un problema que a simple vista podría parecer intrafamiliar o doméstico. Rescata estadísticas que permiten visualizar la pérdida económica y visibiliza el aporte al producto bruto interno (PBI) que realizan las mujeres.

La Coordinadora de Género de la UNVIME, quien además es contadora y mediadora, se encuentra diseñando un Curso de Posgrado junto a la Escuela de Especialización y Capacitación del Poder Judicial de San Luis. Los ejes temáticos se enfocarán en cuestiones de género, violencia laboral y una aproximación a los distintos métodos de resolución de conflictos. El trabajo colaborativo aspira a la posterior realización de una Diplomatura para continuar profundizando en estos aspectos teóricos. 

“LO PERSONAL ES POLÍTICO”

La frase atribuida a Carol Hanisch, escritora estadounidense, expresa la vinculación entre la vida de las mujeres con la organización social, o dicho de otro modo, el desarrollo de esas vidas depende en parte, de las condiciones sociales. Esta relación permite entender, por ejemplo, cómo la cotidianidad se hace más llevadera si los grandes actores sociales, como el Estado o las empresas privadas, ponen a disposición resortes de contención a mujeres y niñeces.

La Magíster en su artículo brinda detalles en números y relata los costos económicos de no atender la violencia de género:

  • Costos laborales: Genera ausentismo, pérdida de productividad, licencias por enfermedad y despidos. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), esta violencia reduce el PBI global en aproximadamente un 2% anual, lo que equivale a más de 1.6 billones de dólares.
  • Costos sanitarios: Incluyen los de corto plazo como servicios de emergencia, hospitalización y los de largo plazo como atención médica prolongada y servicios de salud mental.
  • Costos legales: Asistencia legal, gastos del juicio, el lucro cesante de la víctima y otros relacionados con la aplicación de la ley, desde la respuesta policial inicial hasta la persecución y encarcelamiento (si es que sucede) de los victimarios.
  • Costos asociados al PBI: Las mujeres hacen un aporte económico crucial al PBI. Las tareas del hogar y de cuidado que cumplen sin remuneración ni reconocimiento en su mayoría las mujeres, representan el 16.8% del PBI en 2022, según un informe de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género. De esta forma, se convierte en la actividad que más aportó al PBI seguida por el comercio y la industria. Lo que denota la importancia social de la tarea económica de las mujeres.

SE TRATA DE UNA CONTRAVENCIÓN DEL ESTADO ARGENTINO

“La disolución del Ministerio también contraviene la Ley 26.485 de protección integral contra la violencia hacia las mujeres, ralentizando la aplicación de otras leyes como la Ley Micaela, la Ley Brisa y la Ley Olimpia. Sin ese Ministerio, por ejemplo, la Ley Micaela queda sin autoridad de aplicación”, reflexionó la profesional.

También dijo que invertir en la prevención y abordaje de la violencia de género “no solo es un imperativo social, sino una estrategia inteligente para el crecimiento y desarrollo económico”.

Para ella la salida a este problema es la recolección y el análisis de datos sobre violencia de género para medir con precisión su impacto económico y social. Estos datos precisos son fundamentales para diseñar políticas efectivas. “Esta temática debe ser tratada como una política de estado seria, independientemente de la ideología política del momento”, finalizó la Magíster.

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