Un tribunal del Colegio de Jueces de la Primera Circunscripción condenó a 6 años de prisión a un hombre por encontrarlo culpable de abuso sexual simple agravado por la convivencia con la victima menor de edad. Los hechos denunciados ocurrieron en marzo de 2020 cuando la damnificada, que en ese entonces tenía 12 años, y su mamá se mudaron al domicilio del acusado en el barrio Las Alpinas de la ciudad de San Luis.
El veredicto fue dictado este martes al mediodía por los jueces José Luis Flores, Hugo Guillermo Saa Petrino y la jueza Eugenia Zabala Chacur, quienes mencionaron como circunstancias atenuantes la falta de antecedentes condenatorios, y como agravantes las circunstancias de modo, tiempo y lugar y la vulnerabilidad que presentaba la víctima.
“El acusado aprovechaba momentos en los que no se encontraba su ex pareja y madre de la niña para manosearla y luego amenazarla con que, si contaba algo de lo sucedido, la golpearía a ella y a su madre. El primer hecho ocurre en la habitación de la víctima; mientras ella jugaba con sus muñecas y otro sucede en el río Siete Cajones, donde el hombre con la excusa de buscar un lugar para bañarse, lleva a la niña a un sitio apartado y la toca y le muestra sus genitales”, narró el fiscal de Juicio, Fernando Rodríguez en sus alegatos.
Rodríguez solicitó al tribunal que el hombre fuera condenado a 12 años de prisión por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la convivencia. La Defensora Oficial de Niñez, Adolescencia e Incapaces N° 2, Marcela Torres Capiello, adhirió a la solicitud del fiscal y resaltó una frase que dijo la víctima en Cámara Gesell sobre la cara que ponía su padrastro cuando cometía los abusos.
“Únicamente me voy a referir a algo que no es tan común y que hemos escuchado de la declaración de la niña y es que vio la cara de placer o de goce de su agresor mientras él la tocaba. Ese hecho que hace a la percepción de la criatura y logra resumir lo que ha vivido ella ante los hechos, los diferentes hechos cometidos por el imputado”, sostuvo Capiello.
Y agregó: “la niña tenía 12 años al momento de los hechos y el imputado aproximadamente 42 años. Esto habla de una posición en la que él mismo se veía altamente favorecido en lo que es a su conducta física en relación a la de la niña y a su capacidad como adulto para aprovecharse y obtener lo que quería a través de los hechos denunciados”.
El acusado estuvo representado por el Defensor de Juicio N° 2, José Luis Guiñazú, quien atacó la calificación legal de la Fiscalía y reiteró que la causa tenía “orfandad probatoria” y solicitó la absolución para el acusado y que en caso de que el tribunal determinara la culpabilidad que se aplicara el mínimo por el delito de abuso simple.