CONGRESO A.T: ESPECIALISTA EN PSICOLOGÍA DE LA EMERGENCIA DISERTÓ SOBRE PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS Y EMOCIONALES

Durante el segundo día del encuentro que reúne a acompañantes terapéuticos de todo el país, Diego Núñez, desde la psicología, aportó a la formación interdisciplinaria de estos profesionales.

Este viernes, en el segundo día del Congreso Nacional de A.T, Diego Núñez, Licenciado en Psicología y especialista en Psicología de la Emergencia, disertó sobre “Primeros auxilios psicológicos y emocionales, autocuidados y apoyo preventivos”. Fue en el Salón Blanco del Palacio de Justicia de 10 a 11 hrs.

El objetivo de la exposición fue seguir aportando con la formación y el abordaje interdisciplinario del profesional Acompañante Terapéutico (A.T). En este sentido, Núñez desarrolló, durante su disertación, el manejo del estrés, la intervención del A.T y el autocuidado en ámbitos sociales, legales, emergencias y seguridad.        

En diálogo con este medio, el Profesional en Psicología de la Emergencia, desarrolló su visión sobre Acompañamiento Terapéutico, sobre el profesional y sus prácticas. 

¿Cómo definiría el rol del acompañante terapéutico?

Lo defino en una ecuación: Acompañante Terapéutico (A.T) + X = SALUD. Resolver la ecuación consiste en descubrir el valor de la incógnita que es X.

Los Acompañamientos Terapéuticos poseen el resultado de la incógnita desde antemano, ya que están nutridos y formados para estar, acompañar, brindar soporte salutogénico y compartir vitalidad a la persona a su lado.

Desde el rol que cumplen los acompañantes terapéuticos, ¿Cómo definiría los primeros auxilios psicológicos y emocionales?

En mi opinión, el rol del Acompañante Terapéutico es el preciso con respecto a los Primeros Auxilios Psicológicos Emocionales, ya que conoce y posee los recursos tanto humanos, profesionales, técnicos, sociales, institucionales, y lo que es más importante, los afectivos y empáticos para brindar apoyo humano, soporte y contención para la intervención, asistencia y acompañamiento en situaciones de crisis. Hay que tener en cuenta que su radio de acción es amplísimo, y eso es lo que le brinda ser eje en cualquier situación crítica de emergencia, urgencia y desastre o catástrofe en la que interviniera. Además de contar con el plus ideal de no sólo el cuidado hacia la otra persona, sino de saber y conocer la importancia del cuidado hacia si misma/o, como piedra angular y base de su desempeño. Yo siempre hago y me hago esta pregunta, ¿si no estoy bien, que ofrezco de bueno a la otra persona?, y en el caso de los A.T, es una pregunta cuya respuesta no sólo conocen, sino que es parte activa de su práctica diaria, estar bien para estar junto a la otra persona.

Los Acompañantes Terapéuticos son profesionales que más allá del conocimiento per sé adquirido a través de su profesión, poseen otro conocimiento práctico, que es la experiencia. Como el trabajar constantemente y de manera aguda con los cinco sentidos. Es por esto que nombro a los Acompañantes Terapéuticos como personas y profesionales de salud precisos para esta área. Veámoslo de esta manera; en una situación crítica, sea cual fuera, los A.T. poseen todas las opciones para trabajar junto a una víctima, un grupo de víctimas, familiares y allegados de las víctimas, y lo que es mas importante, brindar prevención primaria, secundaria y terciaria a los equipos que intervienen , ya sean de; emergencias ( bomberos, rescatistas, guardias urbanas, scouts, guardaparques, guardavidas, voluntarios/as…), seguridad ( policía y demás fuerzas de seguridad como Gendarmería y FF.AA ), profesionales de la salud que intervienen en crisis, docentes, Ong´s y diferentes asociaciones e instituciones que trabajen o se desenvuelvan junto a grupos de personas.

¿Pueden actuar los acompañantes terapéuticos en situaciones traumáticas y en emergencias como catástrofes o desastres naturales?

Bien, creo que la respuesta a la pregunta anterior, también responde un poco a esta. Los acompañantes terapéuticos constituyen un eje fundamental ya que trabajan desde la salutogénesis, es decir, no trabaja desde un rol patogénico. Parson, habla mucho sobre esto; de acuerdo a la formación de los A.T., y de la manera en que los he visto trabajar en mas de una oportunidad, compartiendo diferentes instancias, poseen todos los recursos necesarios para trabajar en situaciones traumáticas, situaciones críticas, emergencias, catástrofes y desastres naturales, ya que como lo nombré recién trabajan desde la salutogénesis misma, “no utilizan el modelo patogénico” que desde el área salud aplican en estas instancias, con esa mirada patológica hacia las víctimas y personas damnificadas en crisis y demás emergencias, cuando en realidad la víctima lo que está teniendo son reacciones naturales, normales y esperadas en ese tipo de situaciones, ahí es donde los A.T. hacen la diferencia “salutogénica”, ya que trabajan con los recursos de las personas, los recursos viables, identificables y posibles que en ese momento la víctima conscientemente puede utilizar, y es ahí donde los profesionales llevan adelante un plus excepcional que es el de evitar la disocicación y/ó reintegrarla a sus sentidos estando junto a la persona. Esto hace la pequeña gran diferencia, en salud se aplica una mirada y acción patológica hacia la víctima y aún hacia pacientes, los A.T. intervienen desde la salud.

¿En qué puede contribuir la participación de los acompañantes terapéuticos en la contención de las víctimas de violencia de género?

Los A.T. con respecto a la contención de víctimas de violencia de género, contribuyen en todo.  Tengamos en cuenta que estas víctimas nunca han sufrido un solo tipo de violencia, lamentablemente sufrieron varios tipos de violencias, pero hay una que muchas veces no se percibe y va más allá de la psicológica o la visible e incluso la que puede expresarse, hay una que es invisible en un comienzo, esa es la “devastación emocional”. La mujer deja de sentirse sana sin saber en principio que es lo que le sucede, ni cómo le sucede. Muchas veces la violencia comienza siendo no explícita, comienza como “devastación emocional”, que es la manera en que comienzan a cosificar y disociar a la víctima. Esto también lo podemos observar no sólo del lado del victimario, sino también desde lo social cuando medican a las víctimas de violencia de género “por una supuesta patología observada o interpretada”, pero nunca oída desde lo emocional, nunca observada como un conjunto de sentidos y emociones que sufren mas allá de lo que se observa corporalmente o lo que se interpreta de acuerdo a la subjetividad del profesional. Así se socializa a la paciente medicada y se la adhiere al rol de persona enferma, cuando en realidad es víctima de todo tipo de violencias, transgresiones y abusos. “Es peligroso e injusto tratar un sufrimiento engendrado por el sistema social, en la burbuja terapéutica de la relación médico-(prof. en salud mental)-paciente y reducir de esa manera la dimensión política de la situación a un suceso privado” (Summerfield). Ese profesional decide si la persona está enferma o no, quiero decir es que son los A.T. quienes poseen el sentido agudo y vuelvo de nuevo a esta palabra, los “recursos” para acompañar a esa víctima en su recuperación brindándole soporte no sólo en que atraviese lo que vivió o vive en relación a las violencias, sino que es eje fundacional en la comprensión de los hechos y en el cambio de conductas por parte de la víctima. Esto lo he observado en grupos de recuperación de víctimas; en los grupos donde no había A.T. era menester de desempeño que cada mujer relatara las violencias vividas, y luego otra, y luego otra, encuentro tras encuentro, generando esto una revictimización constante, en cambio, en grupos donde los A.T. estaban incluidos como soporte emocional, la comprensión  a través de la empatía hacía que las víctimas se fortalecieran a través de las experiencias de otros relatos, pudiendo traducir eso en acciones, restablecerse emocionalmente y comenzar a escribir un nuevo guión en su vida, es decir; no fueron tratadas como víctimas, que si bien lo fueron no tenían que serlo todo el tiempo, sino que fueron tratadas como mujeres con infinitas posibilidades, recursos y sobre todo, los A.T. han sabido caminar poniéndose en los zapatos de esa mujer.  Resumo esto en dos frases, una de Benjamín Franklin, “Bien hecho es mejor que bien dicho”, y la otra es de Mahatma Gandi “Tú debes ser el cambio que quieres ver en la otra persona”.

¿Por qué cree usted que es importante la capacitación y el intercambio de experiencias con otros colegas, como el que se está dando en este Congreso de Acompañantes Terapéuticos?

Fundamentalmente tanto colegas, como expositores, como auditorio en general, nos encontramos aquí para compartir y aprender; que es una  manera natural de nutrirnos, crecer y madurar.

GALERÍA DE IMÁGENES:

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Redacción: M. Moreno

Entrevista: R. Zitta.- D. Zambrano

Corrección: V. Besso

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