“DEBEMOS ATACAR ESTE FLAGELO DESDE UN PUNTO DE VISTA REGIONAL”

Así lo consideró el Dr. Gustavo Aboso en relación a la situación actual de la Trata de personas.

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Con la temática “El (Re-) descubrimiento de la explotación humana: El delito de Trata de Personas”, el Dr. Gustavo Eduardo Aboso, realizó el pasado viernes, la apertura del Ciclo de Conferencias de Derecho Penal en la Universidad Católica de Cuyo, sede San Luis. Durante su estadía en la provincia, el Defensor Oficial de Cámara en lo Penal, Contravencional y Faltas del Poder Judicial de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dialogó con este medio, sobre la situación actual de este flagelo que está afectando no sólo a este país sino a todas partes del mundo y que se ha convertido en un tema relevante para la sociedad.

Al respecto, comentó que en el caso de las provincias argentinas, las más afectadas, por lo general, son las que se ubican geográficamente fuera del sector central del país, “hay una emigración interna muy importante del sector noroeste de nuestro país que se concentran en la explotación laboral y sexual en provincia de Buenos Aires y Capital Federal, donde se han localizado ciudadanos extranjeros y argentinos trabajando en talleres clandestinos en condiciones deplorables, lo que ha originado la intervención pública y la alarma social por este tipo de casos”.  Asimismo, también existe una explotación que se relaciona directamente con extranjeros como los países de México, Nicaragua, Bolivia y Perú, de los cuales se recibe mucho tráfico de personas.

Por otra parte, el Dr. Aboso también adujo que la explotación infantil está considerada como una subespecie de explotación de personas, “se calcula que, anualmente, alrededor de 800 mil personas integran este tráfico ilegal para este tipo de explotación, cuyos datos han sido recogidos por la Convención Internacional de Palermo auspiciadas por la Organización de las Naciones Unidas,  lo que le ha dado un nuevo impulso a este forma de delito que antes estaba regulado como un ataque a la integridad sexual, a la honestidad. Ahora han sido regulados como delitos que atentan contra la libertad de las personas y eso es un avance muy importante”.

Argentina se ha convertido en un país de destino tanto de extranjeros como nacionales”, aseguró el disertante, a lo que agregó que el segundo problema que se presenta con los extranjeros es, que una vez que ingresan como trabajadores ilegales (donde padecen violencia, privación de la libertad, secuestro de documentos, pasaportes, etc.) y el Estado descubre estos casos de trata de personas, se plantea otra dificultad, ya que muchas veces esta gente ha migrado por su propia voluntad. Ahora el nuevo traficante ya no necesita ejercer violencia en ese aspecto, sino que son los propios extranjeros que viajan a las grandes metrópolis en búsqueda de una mejor situación laboral, y como no la consiguen, entran en el mercado negro y se convierten en víctimas de este delito relacionado directamente con una naturaleza económica. “Particularmente, cuando el extranjero ilegal es rescatado de este delito no quiere volver a su país de origen y quiere permanecer en el país donde era explotado con otras condiciones”.

En otro orden de la entrevista, el Dr. Aboso opinó sobre los efectos que se producen cuando estos hechos son difundidos por los medios de comunicación: “cuando las cosas se vuelven mediáticas, tenemos la sensación de que las autoridades públicas se están preocupando sobre el tema. Si uno analiza lo que pasaba años atrás, es cierto que hoy hay un gran avance no sólo a nivel legislativo, sino por las políticas públicas que se están aplicando. Acá se han creado organismos dedicados a investigar este tipo de hechos, pero el problema puntual o el factor negativo es la corrupción política o policial. El policía sabe donde se ejerce la prostitución, donde hay un taller clandestino o una whiskería. Muchas veces por ineficacia, negligencia u omisión no interviene favoreciendo la continuidad y el crecimiento de este tipo de delitos”.

Para concluir, el Defensor definió a la trata de personas como un delito trasnacional, “porque involucra distintas jurisdicciones. Por eso el esfuerzo para erradicarla debe ser conjunto con otros países afectados como Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, etc. O sea, debemos atacar este flagelo desde un punto de vista regional. Si uno de los países no acompaña esta lucha, no tiene eficacia este tipo de combate contra estas estructuras organizadas”.

Entrevista: O. Barrozo

Redacción: S. Lucero

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