EL ROL DEL PERIODISTA

Fue sobre lo que disertó el prestigioso Especialista en Comunicación Lic. Washington Uranga.

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La segunda parte de la capacitación en Prensa Judicial, en el Auditorio “Santo Tomás Moro” en la Universidad Católica de Cuyo de San Luis, estuvo a cargo del profesor Washington Uranga, quien abordó la cuestión de cómo la política y la cultura, atraviesan la relación de la Justicia y la Comunicación y esto deriva a replantear el rol de los periodistas.

En su comienzo, el docente abordó la cuestión de la identidad del periodista. En este sentido, Uranga realizó un abordaje cronológico donde advirtió que en un tiempo atrás, los periodistas eran capaces de explicar en qué consistía la profesión y eso consistía es ser un profesional de la noticia. Eso en la actualidad no es así ya que el profesional de la comunicación perdió el monopolio del manejo noticioso. Y las audiencias, que son los ciudadanos, comenzaron a ser protagonistas y emisores, seleccionando sus propias fuentes las cuales acceden a ella de manera directa.

En referencia a este tema, Uranga retomó a Ignacio Ramonet -autor reconocido en el campo de la comunicación- sobre la idea de que “los periodistas siguen creyendo que son los únicos que producen información, cuando toda la sociedad se ha puesto frenéticamente a la hacer lo mismo”.

Todo esto deriva en la situación de una pérdida de identidad por parte del periodista.

Avanzando en su exposición, el profesor agregó que los medios de comunicación han asimilado y absorbido gran parte de los asuntos públicos, también de los privados, y se transformaron en escenarios casi excluyentes de la vida social, donde se pasó de la plaza pública a la plaza mediática, o platea de la que se está participando.

En este sentido, los medios se han convertido en una negociación acerca de aquello que noticiosamente resulta relevante para la sociedad, en la que intervienen medios, periodistas y ciudadanos, quienes son los que constituyen la agenda pública. El periodista de la actualidad se encuentra atravesado de la lucha del poder que se da en el escenario mediático, entendido como plaza simbólica.

Según Omar Rincón, citado por Uranga, “los periodistas ya no somos necesarios. Los medios y los periodistas hacen parte de lo que hay que cambiar, por lo que el periodismo ya no representa un lugar de autoridad, sino de organización de un saber que se comparte”.

Por todo lo expuesto, lo que está en juego en el rol del periodista, siendo la respuesta de R. White a este interrogante, que el periodista debería funcionar como intervinculador, donde la tarea es reconocer la complejidad de lo informativo para aportar a la comprensión.

Esto coloca al periodista en otro lugar y lleva a pensar como sería un periodista como facilitador del diálogo público en el escenario social.

En ese espacio de ser estrategas de la comunicación, el periodista debe conocer el que está del otro lado, conocer su cultura. Significa que hay que trabajar sobre categorías interpretativas en la posibilidad de diálogo, pensar con quien estoy hablando y significa también debatir sobre editoriales a pensar.

Con todo lo expuesto, de lo que se trata es volver a las fuentes, a los actores de cada espacio como fuente primera, a la multiplicidad de actores, así sean varios y enfrentados porque es la única manera de comprender y abandonar al “Dr. Google”.

Si bien el ideal de objetividad es ilusorio, el periodista debería procurar, al menos, tener criterio de veracidad en el acontecimiento que construye.

Uranga planteó los interrogantes y tensiones sobre los escenarios donde el periodista se ve atravesado, y dejó abierto el debate para seguir reflexionando y debatiendo.

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