“ESTE MECANISMO DE GESTIÓN CONSTRUCTIVA DE CONFLICTOS LLEGÓ PARA QUEDARSE”

Segunda parte de la entrevista a Alejandro Nató, abogado y mediador especialista en Gestión de Conflictos Públicos, que este 10 y 17 de mayo, visitará el Poder Judicial de San Luis para formar a mediadores en conflictos sociales, territoriales  y urbanos.

En 2008, el Superior Tribunal de Justicia de San Luis motivado e impulsado por la Junta Federal de Cortes, decidió implementar la Mediación Judicial y Extrajudicial en la Provincia. El 30 de septiembre de ese año se inauguró el Centro de Mediación de la ciudad capital y el 1 de octubre, el de Villa Mercedes. Al día de hoy existen 9 Centros de Mediación y 15 Salas distribuidas por todo el territorio provincial.

La Mediación como método de resolución de conflicto, privilegia el diálogo, la tolerancia y la flexibilidad en el abordaje de las disputas, y son los propios afectados los protagonistas encargados de buscar vías alternativas de solución sin la necesidad de abrir un proceso judicial. En este sentido, resalta la figura del Mediador como el profesional que orienta el proceso y media entre la partes.

Pero, ¿qué significa mediar?, ¿cuál es el rol de un mediador?, ¿cómo se aborda un conflicto?, ¿se realiza de la misma manera siempre? Estos son algunos de los interrogantes que desarrollaremos en esta segunda parte de la entrevista a Alejandro Nató, el abogado y especialista en Gestión de Conflictos Públicos que visitará el Poder Judicial de San Luis el 10 y 17 de mayo para dictar un taller sobre conflictos sociales, territoriales y urbanos, para los mediadores de la provincia.

¿Cuáles son los supuestos teóricos o filosóficos en los que se asienta la Mediación? ¿Existe una concepción diferente de hombre, de sociedad y del pacto social? 

Estuve un domingo en una movilización multitudinaria en España por la flexibilidad laboral en ese país donde los manifestantes coreaban en las calles “se va acabar la paz social” y “el diálogo es funcional a la troika financiera internacional”. Casualmente dos pilares fundamentales en los que se asienta la mediación estaban siendo vituperados,  y maltratados con resquemor  por parte de aquéllos que padecían las consecuencias de ajuste del sistema. Esto me hizo repensar la necesidad de no dar frases hechas sino dotar de contenido a nuestros términos. Paz social y diálogo no para acallar, no para atemperar capacidades de respuesta, no en manos de aquéllos que pretenden instrumentalizarlos desde una lógica de poder sino para hacer posibles espacios comunes donde se garantice el equilibrio de poder.

Por otro lado, algunos supuestos e ideales nos acompañan en el tránsito de la construcción de una sociedad donde quepamos todos. Autoprotagonismo para darle más sentido y contenido  a la democracia inclusiva, para salir del paternalismo cultural dominante. Acceso a la justicia como un derecho humano fundamental donde la complementariedad de la mediación respecto al servicio de justicia no genere una superposición, ya que hay actores que necesitan de la justicia para hacer valer sus derechos, lograr mejores cuotas de poder en una relación asimétrica que la mediación no está en condiciones de garantizar. Convivencia por encima de la coexistencia, aunque esa convivencia traiga dosis de hostilidad siempre es preferible la cultura del encuentro. Interculturalidad por encima de multiculturalismo, respetarnos en las diferencias valorando la diversidad con diálogo y reconocimiento.

Más que la construcción de una persona o una sociedad distinta lo que se debería aspirar  es que las personas en la sociedad sean más conscientes de la capacidad de transformación para vivir en un mundo más vivible y, en este sentido, se edifica la mediación a partir de valores que nos permitan más inclusión y solidaridad y donde la revalorización de la palabra permita tener más confianza entre nosotros mismos. En definitiva igualdad y equidad son principios básicos que acompañan a la mediación y tienen que garantizarse como bienes preciados

¿Cómo se ha desarrollado la Mediación en otros países de la Región? ¿Existen diferencias en el proceso dado las diferencias culturales entre países y regiones?

Diferentes marchas de desarrollo ha tenido la mediación en nuestro país según el nivel donde se trate ya sea nacional, provincial o local. La institucionalización legal tanto a nivel nacional como provincial ha contribuido mucho para que la mediación tenga un arraigo distintivo respecto a otros países de la Región. La importancia también radica en que tanto los  poderes ejecutivos como en  los judiciales, las defensorías del pueblo, universidades, instituciones capacitadoras, los Colegios Públicos y las organizaciones de la sociedad civil, se han propuesto una política no competitiva ni anulatoria que transformó a la mediación en una política pública. Algunos lo llaman política de Estado a mí me gusta más política pública ya que ésta requiere que la sociedad se apropie de la oferta pública y participe activamente. Eso es lo que viene aconteciendo con la mediación en nuestro país.

He tenido la posibilidad de trabajar en muchos países de la Región y también en España, Italia y en Portugal, y si bien hay una matriz común desde donde se imparten principios conceptuales  y saberes alrededor del campo de la mediación,  cada país tiene dinámicas propias ya que las prácticas sociales y las configuraciones culturales e institucionales son distintas. Hay crecimiento disímil y esto depende de lo involucrado que están determinados actores clave de la sociedad  civil, del Gobierno y de los Organismos Internacionales.

En Brasil, el Poder Judicial desde la propia Corte Suprema se le imprimió un impulso enorme a la mediación; en Bolivia la conciliación cuenta no solo con fuerza de ley sino que hay muchísima labor por parte de la sociedad civil para instalar la mediación como una política pública; en Chile hay un gran protagonismo de las Universidades y el Ministerio de Justicia pero a su vez cuesta mucho que el Poder Judicial lo asimile e institucionalice; en Uruguay ha crecido mucho a partir del rol pujante que llevó adelante por un lado el Poder Judicial y por otro las Defensorías de Vecinas y Vecinos de Montevideo que hicieron trabajos con el Ministerio de Desarrollo social en un modelo de intervención en conflictividad social compleja; en Colombia hay una presencia importante de toda la cooperación internacional que fomenta el diálogo entre diversos actores, especialmente tomando como base el acuerdo de paz y mirada hacia lo que denominan la reconciliación y está en discusión el post conflicto; y en Ecuador se ha trabajado muchísimo desde la mediación y el diálogo en procesos socio-ambientales. También en muchos países de Centroamérica el Poder Judicial trabaja activamente y toma como referencia nuestro proceso de institucionalización de la mediación con avances significativos en la República Dominicana, Guatemala, Costa Rica y Panamá.

En México el movimiento mediador ha avanzado muchísimo por la labor llevada adelante desde el Instituto de Mediación y la Universidad de Sonora, llevando la mediación a los diferentes Estados. Este noble país ha acogido la mediación en todos los Estados y son muchos los que forman parte de la masa crítica que hace posible que crezca la mediación. Aquí la sinergia entre Universidades, sociedad Civil y Poder Judicial la han logrado institucionalizar.

Los países Europeos hago mención en donde tengo más experiencia puesto que he sido docente y tuve intervención en conflictos puntuales, mi parecer es que tienen una tradición cultural de mayor arraigo e institucionalización del diálogo y la mediación, pero en los hechos también tienen que lidiar con intereses corporativos y sistemas impeditivos. España ha institucionalizado la mediación como política pública. Es así que las Universidades, los Colegios Públicos, el Poder Judicial y los municipios han tomado partido por lo que hace ya más de veinte años que  hacen de la mediación un instrumento de acción para dirimir conflictos.  Italia trabaja muchísimo en el campo social y comunitario por el impulso que desde Génova se le está dando y que lleva la Mediación a diferentes lugares del país.

Estimo que estos países de América Latina y Europa  tuvieron y tienen los mismos escollos culturales para consolidar la mediación aunque, es un hecho, este mecanismo de gestión constructiva de conflictos,  llegó para quedarse.

Trabajaste en Bolivia con comunidades indígenas y campesinos ¿varía el abordaje del conflicto en distintos escenarios teniendo en cuenta las diferencias de los actores sociales involucrados? 

Bajo los lemas  “el caso comanda” y “cada caso es único” he encontrado modalidades de acción a partir de la cultura. Bolivia es un laboratorio para aprender lo que denotan los conflictos. Se pueden hacer múltiples lecturas de esta materialidad pero algunas conclusiones a partir de  la experiencia podrían quedar plasmadas en unos pocos ejemplos.

Las discusiones por tierra, territorio y poder, tanto material como simbólico, se dirime con conflictos de largo aliento donde teóricamente se llega al borde del abismo y luego se retorna. He visto que en algunos casos como los conflictos de Huanuni, la Guerra del Agua, Pando o de Alto Parapety se han extralimitado de ese borde. Estimo que tiene mucho que ver con la idiosincrasia, la cultura y la forma en que a través de los conflictos se dialoga con el que ejerce el poder.

Los escenarios varían según quien sea el destinatario de las demandas sociales. Lógicamente que debe variar el abordaje y en estos casos se estructuran ámbitos donde pueda surgir la gestación de espacios de confianza entre aquéllos que en muchos casos no tienen diálogo. Trabajar el mediano y el largo plazo es implicar actores y, en especial, la promoción y construcción de plataformas que puedan edificar puentes de integración. Para ello es fundamental la sensibilización de actores de la sociedad civil y la formación a actores estatales para abordajes preventivos a los fines de evitar escaladas innecesarias que luego derivan en campos de batalla con lógicas de inusitada violencia. Es aquí donde aprendí que cualquier micro conflicto puede terminar en macro conflicto si no se lo aborda a tiempo con un trabajo adecuado. 

 

 

 

Redacción: M. Moreno

Corrección: E. Jofre

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