Muchas de las mujeres que trabajan en la justicia también, ejercen la docencia en diferentes niveles educativos.
“Desde los comienzos del sistema educativo argentino, el trabajo de enseñar en las escuelas ha sido desarrollado fundamentalmente por mujeres. En la época se entendía que la enseñanza era un trabajo “apropiado para su sexo”: las mujeres ya venían educando en el hogar y sería “natural” para ellas seguir haciéndolo en la escuela” (La perspectiva de género en la educación. Trabajo docente y género. 1ra. Edición, año 2009).
En esta oportunidad, se pretende destacar y reconocer a las mujeres en su día, en especial destacar a aquellas judiciales que se desempeñan también como docentes. Ambos espacios con un alto grado de presencia femenina.
Actualmente, en la Segunda Circunscripción Judicial muchas empleadas cuando culminan con la jornada de trabajo en el Poder Judicial se trasladan a los diferentes establecimientos escolares para continuar con la docencia.
La actividad docente atraviesa todos los aspectos de la vida cotidiana de las mujeres, sobre todo de aquellas que tienen que cumplir con otras obligaciones laborales.
Existen diferentes y numerosas experiencias para compartir, desde esta delegación se logró reunir algunos testimonios de mujeres, judiciales y educadoras que denotan la gran vinculación que tiene la actividad judicial con la docencia y de cómo ambas funciones se atraviesan una a la otra.
“El Poder Judicial fue mi primer trabajo y ser maestra jardinera es lo que elegí como profesión. Ser judicial me permitió y me enseñó a prestar atención en un montón de detalles de los chicos (algunos moretones, malos tratos, relatos de los niños) y la docencia también la pude aplicar a la actividad judicial, en mi caso por ej: la redacción de alguna manifestación o la atención a las personas, la manera de explicarles el proceso” Raquel Barroso, 35 años como empleada judicial y 29 años como docente de nivel inicial.
“Ser judicial y docente es trabajar en lo social, es ayudar al otro. En un lado enseñas y acompañas y en el otro también ayudas. Siempre cumpliendo ambos roles con responsabilidad. En mi escuela hay ciertas vulnerabilidades, el estar acá me permite ayudar allá, con consultas, orientándolos, acompañarlos. También se pueden identificar algunas cuestiones, sobre todo porque me he desempeñado en violencia, familia, defensoría. Trato de acercar a los chicos a la justicia, ensenarles de cómo hacer una denuncia, por ej. Me da mucha satisfacción ser docente, la demostración de los alumnos da cuenta de lo que uno hace por ellos” Nadia Segura, 9 años en el Poder Judicial y 4 años como docente de nivel secundario.
“Combinar las dos funciones se puede, cuando uno lo hace con vocación. Estamos muy limitadas con el tiempo, salimos del Poder Judicial y vamos para la escuela directamente. Cuando uno lo hace con amor se puede llevar adelante esta vida agitada. La docencia es mucha entrega de amor y paciencia. Acá con los compañeros judiciales también se hace docencia, con otra temática, en la aplicación, organización del trabajo. En la escuela, funciona como nexo de información a los colegas, con algún trámite o con la mediación y sobre el funcionamiento de la institución” Claudia Sosa, 13 años en el Poder Judicial y 22 años como docente de nivel primario.
“Amo mis dos trabajos, aprendí y viví muchas cosas. Siempre traslade la docencia al ámbito judicial, por ej: atendía al público y le pedía a la gente que formara filas para ordenarlas y darle el turno, también lo aplicaba haciendo carteles, organizando, leyendo, explicando. Siempre me he desempeñado en la parte penal, y eso me permitió identificar en la escuela si algún niño ha sufrido algún tipo de violencia o abuso, si había algún caso lo denunciábamos y en otros casos buscábamos la solución, informando a los papas a cómo hacer el trámite. La gente necesita conocer cómo se trabaja en la justicia” Norma Garrido, más de 25 años en el Poder Judicial y 38 años de servicio como docente.
“Me gustan las dos funciones y las combino muy bien, trabajar con niños es hermoso. Soy una maestra exigente, la función docente se traslada a lo laboral en cuanto a la organización del trabajo, el orden, etc. Lo mismo que le transmito a mis alumnos” Alejandra Lori, entre 25 y 30 años en el Poder Judicial y 20 años como docente de nivel primario.
“Combinar las dos actividades para mi es un desafío constante. Uno tiene que procurar que la teoría este aplicada a la práctica y esta conviva con la teoría. Es de mucha utilidad que los alumnos reciban la teoría y la práctica del ámbito concreto. Es muy útil tener las herramientas pedagógicas que la carrera docente te da para aplicarla con tus compañeros, por ej: capacitar al grupo de trabajo, explicar, a los agentes nuevos, sobre todo. Y, por otro lado, es interesante cuando la teoría es muy abstracta, que al alumno se le pueda explicar con casos concretos, transmitir experiencias. A través del ejemplo, ellos pueden entender de qué se trata. Ambas actividades me invitan a los cuestionamientos, el aprendizaje es una actividad en movimiento” Nora Pisacco, 11 años en el Poder Judicial y docente de nivel universitario en la carrera de Derecho.
Mujeres, judiciales y educadoras, una constante de entrega y dedicación hacia el otro.
Redacción: D.Zambrano
Correccion: G.Campana