MUJER RURAL Y ACCESO A JUSTICIA: DESAFÍOS Y CLAVES PARA SU EMPODERAMIENTO

Entrevista a la Jueza de Paz, María Alejandra Laconcha, sobre las mujeres rurales y el acceso a justicia para la protección y el efectivo ejercicio de sus derechos.

 

Hoy, en pleno siglo XXI, las mujeres rurales, campesinas, indígenas, agricultoras, siguen enfrentando desigualdades que limitan el reconocimiento y el pleno ejercicio de sus derechos.

Las mujeres producen entre el 60 y el 80 por ciento de los alimentos de los países en desarrollo, y la mitad de los de todo el mundo. No obstante, solo recientemente se empezó a reconocer su papel clave como productoras y suministradoras de alimentos y su decisiva contribución a la seguridad alimentaria y al progreso económico y social a nivel mundial.

Según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las mujeres rurales sufren mayores desigualdades: tienden a ser las más perjudicadas por la situación de pobreza, ya que gran parte trabaja en el sector informal; perciben remuneraciones inferiores a las del hombre por las mismas tareas; y tienen mayores dificultades en el acceso a la tierra, a los créditos y a las capacitaciones.

Asimismo, desde ONU Mujeres afirman que las mujeres y las niñas que habitan en zonas rurales se encuentran entre las personas con mayor predisposición a ser pobres, a carecer de acceso a los bienes, la educación, la sanidad y a otros servicios esenciales como la energía eléctrica, el transporte y las comunicaciones.

Ante tal panorama, resulta fundamental promover el acceso a justicia de las mujeres y las niñas rurales como garantía para la protección y pleno ejercicio de sus derechos.

Es importante aclarar, que el concepto de “acceso a justicia” es más amplio que el de “acceso a la justicia”, ya que incluye una gran variedad de soluciones alternativas de disputas, además de la resolución por vía judicial.

En este sentido, los juzgados de paz y las sedes de mediación tienen un rol primordial para acercar la justicia a las regiones más alejadas de tribunales y dar respuestas ágiles y oportunas a las necesidades jurídicas de las mujeres rurales y de la comunidad rural en general.

 

 

ENTREVISTA CON LA JUEZA DE PAZ MARÍA ALEJANDRA LACONCHA

Con el objetivo de conocer cuáles son los desafíos de las mujeres rurales para acceder a justicia, y las herramientas que ofrece el Poder Judicial de San Luis para sortear tales obstáculos, se entrevistó a la Jueza de Paz de Villa Larca e Integrante de la Red Federal de Mediadoras con Perspectiva de Género, María Alejandra Laconcha.

 

¿Cuáles son las dificultades que enfrentan las mujeres rurales para acceder a justicia?

Uno de los principales problemas es que no todas tienen en claro cuáles son sus derechos. Entonces es muy difícil esto de “acceder a justicia”, entendiendo como justicia no sólo el acceso al sistema judicial, sino al sistema de salud, al sistema educativo, laboral, etc.

Uno no puede defender ni querer acceder a algo que no conoce.

Ello viene de la mano con la dificultad de acceso a las instituciones educativas, que generalmente se encuentran en zonas urbanas o a grandes distancias del lugar donde residen. Lo que, sumado al poco acceso a los medios de comunicación o la falta de conectividad, limita sus posibilidades de alfabetización y de acceder a información para poder conocer y ejercer sus derechos.

Otra gran dificultad es el transporte. Moverse es muy difícil para las mujeres rurales, porque en muchos lugares no hay medios de transporte público.

Para hacer cualquier tipo de trámite, para ir a un centro médico, la mayoría tiene que moverse con sus hijos e hijas, y acercarse a un pueblo implica muchas veces una movida familiar. Por la labor que llevan en las casas no siempre tienen el tiempo para hacerlo, porque es una labor de domingo a domingo, porque en el campo no tienen vacaciones ni días feriados.

También he observado en varios parajes de la provincia, que muchas mujeres siguen estando a la sombra del hombre. Es común que lleguen a un juzgado para hacer consultas únicamente por cuestiones de familia, por ejemplo, en el caso de una separación o para gestionar cuota alimentaria o régimen de contacto. Pero todo lo demás, por ejemplo, lo referido a las propiedades, a la cuestión inmobiliaria, a trámites de otro tipo, siempre es como que quedan reservados para los hombres.

Sin embargo, he notado en los últimos tiempos que las mujeres se han hecho más visibles, lo que no significa que sean conscientes de sus derechos, pero más visibles. Es como que se animan más a presentarse en las distintas instituciones y son las que generalmente se encargan de la defensa de los derechos de la familia, como grupo, como clan.

Por eso insisto que la base de todo es que conozcan cuáles son sus derechos, porque no se puede defender, amar, asimilar lo que uno no conoce. Y el conocimiento es una herramienta de poder.

 

¿Qué herramientas ofrece el Poder Judicial de San Luis para garantizar a las mujeres rurales el acceso a justicia?

Considero que en la actualidad contamos con tres herramientas básicas: una son los juzgados de paz, porque desde nuestra función, además de impartir justicia, brindamos un apoyo desde otro lugar.

Como nos movemos por el territorio, tenemos la posibilidad de visitar a las mujeres en su casa, ver su realidad, su contexto, su cultura. Y eso nos hace tener una visión distinta de la que se puede tener desde una oficina. Siempre los contextos en los que nos movemos nos determinan en nuestras visiones. Y esta posibilidad que se tiene desde los juzgados de paz de estar cerca de las personas en su contexto, creo que es una de las grandes herramientas que el Poder Judicial brinda. Ya sea para acompañar a una mujer para hacer una denuncia de violencia, asesorarla sobre el mejor modo de resolver determinados conflictos u orientarla no sólo en materia jurídica sino a veces también en cuestiones administrativas.

También colaboramos con Mediación para que las personas que necesiten participar de una audiencia virtual y no tengan los medios tecnológicos para hacerlo, puedan concurrir al juzgado de paz y conectarse desde nuestra computadora.

En cuanto a los Centros y Salas de Mediación, el Poder Judicial de San Luis cuenta con varios y diseminados en muchos pueblos, y son lugares que pueden ayudar a las mujeres rurales a conocer sus derechos y a brindarles orientación para resolver distintos temas.

También están las Oficinas de Recepción de Denuncias, que tienen guardias pasivas permanentes y reciben las denuncias incluso por teléfono o por Whatsapp. Ese contacto directo hace que las personas se sientan atendidas, se sientan escuchadas.

A su vez, en los pueblos que son semi-rurales, que cuentan con conectividad a internet, se puede acceder a distintas herramientas tecnológicas que brinda el Poder Judicial como las denuncias online, las salas de consulta en línea, las audiencias virtuales, entre otras.

Considero que estas herramientas ayudan a que la institución de la justicia no se perciba como lejana.

 

¿Cómo lograr el empoderamiento de las mujeres rurales?

Sostengo que una herramienta fundamental es la formación, que ellas sepan cuáles son sus derechos y también sus obligaciones. Ese empoderamiento también debe ir de la mano del protagonismo real, es decir, que tengan una presencia activa, que puedan participar de la vida social y pública, dar a conocer sus necesidades, hacer oír su voz.

En ese sentido, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instauró el “Día Internacional de las Mujeres Rurales”, que se conmemora desde 2008 para reconocer el papel y la contribución de la mujer rural y de la mujer indígena en el desarrollo agrícola y rural, como así también en la mejora de la seguridad alimentaria y en la erradicación de la pobreza rural.

Es común pensar que el trabajo de campo solamente lo hacen los hombres. Pero si uno se pone a andar por los distintos parajes, se da cuenta que a la par de los hombres están ellas, que hacen alambrados, crían a los animales de la granja, se ocupan de la casa, cuidan la huerta, muchas manejan tractores y acompañan en todos los procesos de siembra y de cosecha, carnean animales, es decir, tienen igual trabajo que el de un hombre.

Entonces, una manera de combatir las desigualdades es visibilizar las problemáticas que afrontan las mujeres rurales y bregar para que los Estados adopten medidas efectivas tendientes a eliminar todo tipo de discriminación y asegurarles un acceso pleno a la educación, al empleo, la propiedad, la salud y la justicia, y favorecer su involucramiento en la toma de decisiones.

 

Redacción: A. González Esquivel

Corrección:  S. Lucero/A. Laconcha

Fuente y Colaboración: María Alejandra Laconcha, Jueza de Paz de Villa Larca

Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación: http://www.fao.org/FOCUS/S/Women/Sustin-s.htm

Ministerio de Cultura de la Nación: https://www.cultura.gob.ar/dia-internacional-de-las-mujeres-rurales-9638/

ONU Mujeres: https://www.unwomen.org/es/digital-library/multimedia/2018/2/photo-rural-women-human-rights

Compartir

Anterior

CASO FLORENCIA MAGALÍ MORALES: INFORME DE ACTUACIONES DEL JUZGADO INTERVINIENTE

Siguiente

HOMICIDIO DE PRODUCTOR AGROPECUARIO EN SALADILLO: PIDEN PRISIÓN PERPETUA PARA EL ACUSADO