“PARA LA SEGURIDAD ES IMPRESCINDIBLE LA VIGENCIA DE LOS DERECHOS DE TODAS LAS PERSONAS”

Fue una de las reflexiones del Dr. Jorge Perano, en el posgrado de Especialización para la Defensa.

[singlepic id=1057 w=320 h=240 float=none]

El pasado 26 y 27 de octubre, el Dr. Jorge Perano continuó con el ciclo del Programa Especialización para la Defensa, con el abordaje de la temática “Régimen de Ejecución de Penas y su Proceso”.

Al respecto, el Centro de Información Judicial dialogó con el docente, quien ahondó en aspectos referidos al tema de su disertación.

La temática de su disertación, es precisamente uno de los tópicos más importantes sobre el que se han escuchado propuestas políticas. Hay un sector importante que sostiene que “hay que endurecer las penas”, ¿qué opina Ud. al respecto?

En nuestras sociedades modernas, una de las tantas ecuaciones que aún resta resolver es la relación existente entre “seguridad y derechos humanos”. Pareciera ser que alguna parte de la sociedad, prioriza la idea de seguridad por sobre la vigencia de los derechos básicos que toda persona goza por el solo hecho de serlo. Sin embargo, también en la sociedad existen otras tantas personas que sostienen la idea antagónica, vale decir, que para lograr una mayor seguridad es imprescindible la vigencia de todos los derechos de todas las personas y no sólo el derecho a la propiedad, sino también el derecho al trabajo, a la educación, a transitar libremente por la vía pública, a la alimentación digna, a la salud, a la comunicación, etcétera. Es decir, creo que la única forma de lograr mayor seguridad, es garantizando que todas las personas tengan acceso a estos derechos, reconocidos constitucionalmente.

Se sabe que todas las personas, antes de haber violado algún derecho de otra persona, han sido violentados sus propios derechos, principalmente los de educación, alimentación y trabajo. Yo no participo de la idea de que la seguridad se logra con más policías en la calle, ni penas más duras, ese ya es un paradigma viejo que siguen utilizando los políticos, pero es un paradigma vacío y los resultados son los que estamos viendo ahora.

En relación a esto, ¿cree que las políticas punitivas actuales son efectivas?

No. Actualmente, hay una marcada corriente teórica –a la cual adhiero- que sostiene que para abordar los conflictos sociales, hay que hacerlo desde distintas políticas sociales que no necesariamente sean las punitivas. Sobre todo si se tiene en cuenta que más del 70% de los delitos que están penalizados y que hay por ellos gente en la cárcel, son delitos que tiene que ver con la propiedad, de vulnerabilidad económica, y si a éstos les damos como respuesta otra violencia estatal, no vamos a tener un buen resultado. Creo que la única manera de hacerle frente a ese tipo de delitos, es con políticas sociales activas, más que penales. Obviamente que estoy hablando de la mayoría de los casos, no estoy hablando de los homicidios ni de los delitos contra la integridad sexual –que estadísticamente no son muchos-. Pero en el gran cúmulo de causas, si tiene que haber otro tipo de respuestas.

¿Con esta afirmación Ud. sostiene que debería abolirse el sistema carcelario?

La privación de la libertad, el sistema carcelario, hace ya 200 años que está y es evidente que no funciona. Cada vez hay más instituciones carcelarias y cada vez están más llenas. Hay que buscar otro método diferente que no sea el encierro, debemos animarnos como sociedad a buscar otra solución, por lo menos en los delitos que mencionamos anteriormente, como los de la propiedad, o los de tenencia de estupefacientes –que no sean con fines de comercialización-. En este tipo de delitos, la cárcel termina generando mucho más violencia en el sujeto afectado de lo que dice solucionar. Zaffaroni, por ejemplo, dice que cuando se encarcela a una persona, el sistema dice que solucionó ese caso, pero en realidad lo que hizo fue “freezar” el conflicto, el cual se va a reactivar nuevamente cuando la persona termine de cumplir su condena. Y obviamente, se activa con más violencia, porque nunca fue tratado de fondo. El conflicto de fondo no es que un sujeto le haya sacado a otro un celular o una cartera, el conflicto de fondo es el por qué esta persona llegó a cometer este delito, es decir, ese “algo” que llevó a la persona a delinquir. Si al Estado le interesara realmente solucionar este problema, debería buscar las soluciones a estos problemas, y no a los emergentes que son la consecuencia.

¿Hay algo del sistema actual que Ud. considere como positivo y que debería mantenerse?

Me cuesta decir que si. Yo creo que los cambios siempre son positivos y que siempre se pueden lograr. Si yo dijera que “está todo mal”, pero me quedara sólo con esa afirmación, tampoco ganaríamos en nada, porque lo que hay que lograr es concientizarnos como sociedad y lograr que estos cambios que se vienen proponiendo salgan a la luz.

¿Cuál sería el primer paso para lograr estos cambios?

Se trata, ni más ni menos, de que se debe asumir la problemática de la seguridad como una cuestión compleja, en donde intervienen múltiples y diferentes actores sociales, siendo el plano jurídico penal uno de esos participantes, pero obviamente no es el único a tener en cuenta. Esto es un problema social, no jurídico. No hay duda de que la violencia, la seguridad y la afectación de derechos constituyen una problemática social cuyo origen se remonta a múltiples factores, y las respuestas que el Estado ofrece también deberán tener en cuenta esos mismos factores que originaron el conflicto social.

Compartir

Anterior

REEMPLAZOS TEMPORARIOS EN DEPENDENCIAS JUDICIALES

Siguiente

VII CONGRESO NACIONAL DEL SECRETARIADO JUDICIAL Y DEL MINISTERIO PÚBLICO