Así lo afirmó la docente Fany Flores, invitada por el Centro de Mediación de la Villa de Merlo para participar del taller “Dibujando por la Paz” con alumnos del Centro Educativo “Palmira Cabral”.
El martes 16 de octubre, el Centro de Mediación Judicial y Extrajudicial de la Villa de Merlo, organizó una jornada de puertas abiertas de la que participaron alumnos de 3º y 5º grado del Centro Educativo Nº 26 “Palmira Cabral” de Rincón del Este.
Los niños fueron acompañados por sus docentes, entre ellas, Fany Flores, impulsora de un proyecto de mediación escolar que es transversal a toda la escuela, ya que inicia en Jardín de Infantes y se extiende hasta 6º grado.
Fany Flores es docente de nivel inicial. En el año 2011 participó del Programa de Capacitación “Convivencia Pacífica y Mediación Educativa” desarrollado de manera conjunta por el Poder Judicial y el Gobierno de la provincia de San Luis.
El trayecto de formación fue dirigido por la Profesora y Mediadora Cecilia Ramos Mejía, y tuvo como objetivo enmarcar la inserción de la mediación escolar en las instituciones educativas, enriqueciendo y actualizando los saberes de docentes y mediadores respecto a conceptos, procedimientos y actitudes pertinentes para detectar y resolver problemáticas y conflictos en el contexto escolar.
A fin de conocer en qué consiste el proyecto de mediación que se está implementando en el Centro Educativo “Palmira Cabral” y los resultados que están obteniendo a partir de la aplicación del mismo, la Delegación de Prensa de la Tercera Circunscripción Judicial dialogó con la Docente Fany Flores.
¿De qué se trata el proyecto de mediación escolar que está coordinando en el Centro Educativo “Palmira Cabral”?
Estamos realizando 2 proyectos, uno que va desde jardín a 3º grado, que está basado en el cuento de Cecilia Ramos Mejía “El viaje mágico de Anselmo”, y para los nenes de 4º, 5º y 6º estamos trabajando con el libro “Un mirar, un decir, un sentir en la mediación educativa”, también de Cecilia Ramos Mejía.
El proyecto ya lleva 2 años, y creemos que podemos terminar el año con alumnos de 5º y 6º que sean nombrados como mediadores. Próximamente vamos a hacer la selección de los nenes que pueden llegar a ser mediadores y van a ser elegidos por sus propios compañeros.
¿Cuál es el aporte de la mediación en el ámbito escolar?
El trabajo de mediación trae muchas satisfacciones, que los alumnos puedan solucionar sus conflictos, y que puedan llevar esto a la casa es muy valioso. Esto de usar un lenguaje amable; de valorar al otro como a un tesoro; de poder aceptar las diferencias; de solucionar los conflictos pacíficamente; de poder aceptar que tenemos emociones y que podemos expresarlas; que podemos hablar de mejor manera; fijar ciertas pautas para la mediación y que las puedan respetar; que lleguen ellos mismos a un final en el conflicto, solucionándolo. Que sean conscientes de lo que está pasando, de poder percibir las emociones y decir “esto me pasa” y cómo lo podemos cambiar, cuáles son sus necesidades para poder revertir la situación.
Realmente, tiene muchas gratificaciones este trabajo. Lleva muchísimo esfuerzo porque es desde jardín hasta 6º grado, pero estamos acompañados también por los docentes de grado. Yo creo que hay que aunar más los esfuerzos para darle un puntapié importante al proyecto. Creo que estamos trabajando bien, pero se necesita concientizar a todos los docentes para que realmente deseen hacer este camino de mediación.
¿Qué actividades se desarrollan dentro del proyecto?
Una de las principales es contar cuentos. Luego de leer el cuento, por ejemplo, se hacen ejercicios de escucha atenta, donde se trabaja haciendo juegos de escuchar al otro, de escuchar sus experiencias, de poder compartir entre todos. También se han visto videos de niños con capacidades diferentes, por ejemplo el documental “Mundo Alas” de León Gieco, para reflexionar sobre el tema y ver cómo, más allá de las limitaciones, todos pueden cumplir sus sueños.
Hacemos también una actividad que consiste en escribir abanicos, dónde escribimos palabras amables para el otro. Se forma un círculo donde va pasando el abanico de cada uno, y ellos ponen palabras amables para el compañero, porque siempre es como que estamos viendo lo negativo del otro.
Y después hacemos mucha puesta en común, en los momentos de conflicto se charla, se habla de cómo podemos solucionarlo, y si hay inconvenientes con 2 o 3 compañeros, se hace una mediación.
¿En qué tipo de conflictos utilizan la mediación? ¿En cuáles resulta más exitosa?
En realidad, en todas las situaciones que aplicamos la mediación, fue un éxito. Por ejemplo, el año pasado una nena planteó que desde jardín había una compañera que tenía inconvenientes en cuanto a lo vincular. Y era un líder con características negativas para el grupo. Entonces se planteó la situación, siguiendo los pasos de la mediación de contar qué sentían, cuáles eran sus necesidades y hubo una aceptación de ambas partes. Se hizo un acta acuerdo que fue leída por las 2, y la alumna que tenía el inconveniente la firmó. Todos los compañeros platearon la necesidad de acompañarla y ayudarla, pero que también necesitaban un cambio de parte de ella.
Así también hubo conflictos en los juegos. Y después, cuando se habla en la mediación, el niño que es acusado por ahí plantea que no había percibido que su actitud podía molestar al compañero. Hay actas dónde el desarrollo de la charla realmente es un placer, ver cómo son sabios al momento de encontrar una solución para sus conflictos.
¿Cómo se prepara a los alumnos para ser mediadores?
Para ser mediadores, a los alumnos se los prepara con este proyecto que es para 4º, 5º y 6º grado, que este año lo trabajamos solamente con 5º y 6º, porque lleva un trabajo de conceptualización de qué es cada cosa y después el trabajo de cómo mediar. Entonces trabajamos primero qué es el conflicto, qué es la paz, cuáles son los elementos que tiene el conflicto, y después qué habilidades tenemos que desarrollar para encontrar la paz, entre ellas, la comunicación, el lenguaje amable, el rapport, esto de legitimar emociones, de comprender que el otro es diferente y tiene opiniones diferentes, emociones diferentes; esto de que el mapa no es el territorio, que el mapa que nos formamos no es LA verdad, sino que es NUESTRA verdad. Y después también se trabaja sobre los rumores, cómo se arman los grupos de solidaridad, cómo marcar reglas claras para poder analizar en qué cosas está fallando la escuela, porque el reglamento de convivencia lo establece la escuela, y habría que definir responsabilidades de todos y que todos participemos del armado del reglamento de convivencia.
Y después ver cómo se llega a la mediación, si están de acuerdo para mediar, para solucionar el problema. Plantear el problema de a uno, respetarnos cuando hablamos, no insultarnos, usar un lenguaje adecuado, y llegar a una solución. Si están todos de acuerdo, hacemos la mediación. Estos pasos los van a aprender ahora en estos últimos 2 meses, para ver si podemos nombrar mediadores.
¿Cuál ha sido el aporte de la capacitación con la profesora Cecilia Ramos Mejía para el proyecto de mediación que hoy está llevando a cabo?
Yo creo que te tiene que movilizar una capacitación como para llevarla adelante. Este es un proyecto muy ambicioso, y está basado en el trabajo de Cecilia Ramos Mejía, en los 2 libros que ella propone para la mediación. Realmente la capacitación fue excelente. Hay algo que ella puso en uno de sus libros, que es que había ido a una escuela que trabajaba con mediación, donde encontró una gran armonía, pero no con niños callados, en silencio; sino con el accionar, con el hacer constante de los niños, pero en un clima de armonía. Y decía que estaba convencida de que si esto se implementaba se podía llegar a tener una convivencia pacífica dentro de la escuela. Bueno, a mí Cecilia Ramos Mejía me convenció de eso. Y por eso estamos en este camino, al que me gustaría que se sumen y que todos tengan esta necesidad de buscar otras maneras de resolver los conflictos en la escuela.
Redacción: A. González Esquivel
Corrección: V. Besso