“SI QUEREMOS APOSTAR POR EL FUTURO, TENEMOS QUE VER QUÉ HACEMOS CON LOS CHICOS”

Fue la reflexión del Dr. Carlos Parma en torno a las temáticas que desarrolló en el curso de Derecho Penal.

El pasado viernes 9 de octubre, con motivo del dictado del módulo sobre “Derecho Penal” del ciclo de capacitaciones en materia de Derecho, Criminalística, Criminología y Medicina Forense, el Dr. Carlos Parma mantuvo una entrevista con la Oficina de Prensa.

A continuación se transcriben las reflexiones que manifestó, en su paso por esta ciudad.

¿Qué temáticas abordó en este curso?

Primero se realizó un repaso por el estado actual del campo del Derecho Penal, luego de una consideración de su historia. Y en este camino como la sociedad ha ido enfocando a las personas del “distinto”, el “enemigo” o el “discriminado” y a su vez, qué ha significado todo eso para la genética del sistema penal en la justicia. Es así que intento explicar que el Derecho Penal siempre se ha colocado en una posición represiva, punitiva, frente a los más desposeídos, los vulnerables, personas que han estado en riesgo y de esta manera se ha ido creando una suerte de paradigma aceptado legalmente por el derecho positivo, lo que ha ocasionado acciones y reacciones. Esta sería la primera parte, que finalizó con una exposición sobre las neurociencias, un tema complejo y de futuro abierto.

Después me referí al régimen penal de menores de adolescentes y juveniles. Aquí el título ya creo que lo dice todo “El menor no es un problema menor”, y estamos transmitiendo lo que deberíamos asumir verdaderamente, que si queremos apostar por el futuro, tenemos que ver qué hacemos con los chicos. Sobre todo con los chicos que han tenido una historia de vida difícil. Después vamos a hacer un análisis sobre los menores víctimas y la violencia intrafamiliar, y aquí renegamos del concepto “chicos de la calle”, porque la calle no pare los chicos, sino que nacen de un papá y una mamá que no están y de un estado que no ha sabido estar a la altura para poder realmente contenerlos. Finalmente, propuse un examen más normativo de la situación de los menores.

¿Cuál es la importancia de esta mirada para el rol profesional del personal policial?

En primer lugar creo que es importante una fuerte toma de conciencia, que siempre cualquier medida que uno haga, está frente a un ser humano, un semejante y no a un enemigo. Es decir, evadir esa concepción del adversario, que es muy antigua y está impuesta por el derecho punitivo. Esa persona está en riesgo y tiene falencias, sobre todo a nivel contención, porque se tiene que pensar que esos chicos que llegan al delito, devienen de situaciones de desnutrición infantil, violencia intrafamiliar, abuso sexual infantil, droga e institucionalización temprana y ni siquiera son contenidos por la escuela. Entonces por eso están en ese espiral al vacío, en la intemperie.

Yo pienso que si todos tuviéramos la suerte de poder tener apego a la familia, a la escuela y a los grupos de gente sana, no habría delitos. O sea ¿Por qué cometen delitos algunas personas y otras no? ¿Dónde están las tomas de decisiones, en qué lugar se ubican? ¿Dónde están los miedos? Incluso hoy, uno de los grandes dramas de la sociedad posmoderna son los miedos, por lo que incluso un chico bien criado y con una familia corre riesgo, entonces imagínese con los que no tienen ningún grado de contención, esto se multiplica ¿no? Entonces al encontrarse en una situación de riesgo muy alta, está muy bien que las personas que están trabajando con ellos no sólo en la represión sino en la prevención, reflexionen sobre cómo es el actor.

¿Cuál es el rol de la justicia en estas situaciones de vulnerabilidad social en la que se encuentran algunos menores?

La justicia interviene una vez que el problema ya está, entonces hay un rol mucho más decisivo en la prevención que en la justicia. Es decir que si el estado no quiere suicidarse, lo que tiene que hacer es mucha prevención, pero fracasada la prevención aparece la justicia y lo hace con un doble rol, por un lado interviniendo con su poder punitivo y por el otro con medidas tutelares hacia los menores.

En este sentido, si trabaja bien el tema de las medidas tutelares es posible que exista una luz para poder salir de ese túnel. La pregunta es muy totalizante y pone a la justicia tal vez en el grado máximo de vulnerabilidad, porque si la justicia de menores triunfaría no habría tanta delincuencia. Yo creo que la justicia tiene un papel muy relevante y lo que tendría que hacer es abrirse un poquito más a la sociedad, porque en la medida en que esta pueda colaborar y entender el proceso que padece un menor vulnerable o en crisis, la situación sería más propicia para construir más salidas, proponer una salida laboral y no una que implique volver a agarrar el arma.

A su vez, la sociedad no está muy bien posicionada con respecto a los menores, los ve como un demonio y no como un ángel, demoniza mucho y esto no es bueno, los medios y los políticos no ayudan. Es decir acá hay un político que hace una campaña presidencial en base a mano dura y al “los voy a matar a todos”. Y esto, para los que estamos dentro del sistema y hemos trabajado muchos años, sabemos que es apagar el fuego con nafta. Sólo se va a solucionar con prevención, con más escuela, más trabajo, más vivienda, más salud pública y no haciéndole campaña a la represión, aunque en su justa medida es necesaria.

 Redacción: M. C. Hang

Corrección: J.N. Sanchez

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