JU.FE.PAZ: UN ENCUENTRO PARA REFLEXIONAR SOBRE EL ROL DE LA JUSTICIA DE PAZ

La actividad contó con la exposición de jueces y juezas de paz de Argentina, Chile y Paraguay. Acceda a esta nota para conocer cuáles fueron los principales temas de las exposiciones.

El 1° Encuentro Virtual Nacional e Internacional de Jueces de Paz se extendió durante más de cuatro horas y reunió a expositores nacionales e internacionales que debatieron sobre “La inclusión digital como derecho humano fundamental para el acceso a justicia”.

Las exposiciones iniciaron con la presentación de la Jueza María Eugenia Bona quien comentó que en San Luis se ha buscado “resignificar” la justicia de paz, es decir, darle otro valor y adecuarla a los tiempos.

“Presentar capacitaciones permanentes no sólo informáticas sino el hecho de fondo, entender el código civil y afianzar el trabajo en red, con escuelas, hospitales, policía, es enseñar a buscar ayuda con la red que tengan más rápido lograr solucionar un problema rápido y urgente”.

También se refirió a la importancia de los/las jueces/zas de paz ya que se encuentran participando en la comunidad hace muchos años y son “necesarios”. 

“Los felicito porque han hecho mucho, es una satisfacción verlos trabajar, verlos seguir adelante, es el semillero que se está formando y les queda la tarea de seguir entusiasmando, con mayores armas legales y enfrentando problemas cada vez peores”.

Además de Bona, San Luis sumó la presencia de los/las anfitriones/nas: Los jueces y juezas de Paz puntanos/as abordaron dos temas que supieron colocar a la Provincia en general, y al Poder Judicial puntano en particular, a la vanguardia respecto al resto de las provincias: “Digitalización y Acceso a Justicia” y “El Juez de Paz en el rol de acompañante terapéutico”.

Laura Tucci, jueza de Paz de Alto Pencoso y Fabricio Albarado Magallanes, juez de Paz de La Carolina, fueron los primeros en exponer. “La tecnología y la digitalización surgen como herramientas indiscutibles para afrontar cualquier desafío sanitario, ecológico, económico o social, pero especialmente para poner o mantener en marcha los sistemas de justicia del país”, sostuvo en una pasaje de su charla Tucci.

Y agregó: “Los jueces y juezas de Paz, como principales eslabones en la cadena de justicia, tenemos que permitir y facilitar el acceso a la justicia, velando que la comparecencia de personas que se encuentren en situaciones de vulnerabilidad se realice de manera adecuando a las circunstancias propias de su condición”.

Luego fue el turno de las juezas de Paz de Naschel y La Botija, Estela Giménez y Vanesa Sosa Torino. “El Poder Judicial de San Luis ha innovado en sus políticas, implementando el Departamento de Acompañamiento Terapéutico. El rol del juez de Paz es similar al de un acompañante terapéutico: desarrolla una función humana, silenciosa, invisible; tiene la particularidad de acompañar al justiciable, de escucharlo, es un innato conciliador y un componedor”, sostuvo Giménez.

Sosa Torino, por su parte, aseveró que entre el acompañante terapéutico y el juez de Paz hay muchos puntos de encuentro pero que la justicia de Paz, y ésta tal vez sea la principal distinción: el trabajo de los jueces de Paz va más allá de la teoría y la doctrina.

“Va más allá de la función determinada, más subjetiva y que muchas veces no tiene que ver con la justicia misma. Está capacitado para acompañar y resolver situaciones en lugares recónditos, cumpliendo una función social muy importante”, concluyó Torino.

Luego de las disertaciones del panel de jueces y juezas de San Luis, llegó el turno de Alberto Linares, de Buenos Aires, quién habló sobre “Violencia en tiempos de Pandemia” y de Diego Gutiérrez y Julio César Leiva, del Chaco, quiénes se refirieron al “Acceso a justicia de los pueblos originarios”.

El tramo final del encuentro virtual, que promediando las 19 horas sumaba más de 240 participantes, estuvo reservado para Andrés Eduardo Celedon, juez de Policía Local de la República de Chile. El funcionario habló sobre “La pandemia y la necesaria innovación tecnológica en el servicio de justicia local como bastión de acceso a justicia”.

Y la últimas disertaciones fueron para Representantes de la Justicia de Paz de la provincia de Catamarca y para Natalia Molina, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Vicepresidente Segunda de la Asociación de Mujeres Juezas Argentinas (AMJA), quién cerró las jornadas.

“En momentos de desesperación, los jueces de Paz son un alivio para la gente. Por eso los quiero felicitar por este encuentro e intercambio, por su trabajo y función. Ojalá se repita pronto”, cerró Molina.

“NO SE PIERDE ESE LADO HUMANO QUE CARACTERIZA AL JUZGADO DE PAZ”

Paraguay contó con la representación de  dos jueces de paz Ever Escurra y Miguel Britez Pirez quienes expusieron sobre “Competencias y experiencias en la actualidad de la Justicia de Paz Paraguaya”.

Hicieron un repaso por las modificaciones que ha sufrido la justicia de paz en ese país a partir de diversas leyes que han ampliado sus competencias. Comentaron que en 2018 se realizó la gran transformación ya que los Juzgados de Paz comenzaron a tramitar asuntos civiles, comerciales, de niñez, adolescencia, entre otros. Esto les ha permitido sustentar juicios laborales en donde las personas no requieren acompañamiento de abogados/as; generar autorizaciones para viajar, en donde basta la presencia de uno de los padres y la autorización del otro por escritura pública u otro instrumento emitido en el extranjero; homologar acuerdos alimentarios, régimen de relacionamiento, juicios de alimentos a personas mayores, juicios de insania para personas sin bienes y sucesiones, entre otros.

El objetivo es descongestionar el sistema y brindar una solución rápida, gratuita, segura y transparente para las personas de escasos recursos económicos ya que los juzgados de paz se encuentran en todas las localidades del país. De esta manera las personas no tienen que realizar grandes erogaciones económicas para reclamar sus derechos.

 “NOS BAJAMOS DEL MUNDO QUE CONOCIAMOS Y SIN DARNOS CUENTA NOS SUBIMOS AL OTRO MUNDO”

La Jueza de Paz de Rawson, Nora Susana Mendy desarrolló el tema “Espíritu de Conciliación de la Justicia de Paz” y afirmó que “nos bajamos del mundo que conocíamos y sin darnos cuenta nos subimos al otro mundo, que con desconciertos y temores tuvimos que empezar a transitar”.

La justicia de paz se adecuó a este contexto y continuó atendiendo situaciones cotidianas a través de diferentes mecanismos para llegar a la comunidad: wasap, llamadas y videollamadas para llegar a cada rincón con respuestas adecuadas.

La asistencia por medios electrónicos también facilitó la realización de reuniones y la validación de las partes presentes, es decir, que el interviniente que no puede estar físicamente lo puede hacer de manera virtual por medios prestablecidos.

Resaltó que lo importante es que no se pierda la esencia la justicia de paz que es ser conciliadores en los conflictos.

“Conciliar antes de la apertura de la causa, o como herramienta para dar fin a un pleito” para contribuir a la convivencia armónica ya que “el acuerdo satisface necesidades de manera equitativa, las partes pueden evitar el inicio del juicio o poner fin a un pleito”.

TENEMOS UN FUERO CRIOLLO QUE SE AGRANDA O QUE SE ACHICA A LA MEDIDA DE LAS NECESIDADES DE LA GENTE

El Juez de Paz de Santa Elena, de Entre Ríos, Guillermo José Vega expuso sobre “Justicia de Paz y Jueces de la sociedad actual”.

Se refirió a las implicancias del rol de la justicia de paz en las comunidades locales en las que actúan.

 “Tenemos un fuero criollo que se agranda o que se achica a la medida de las necesidades de la gente pero que está regido por una idea central que es no dejarlo a pie a quien viene a pedir una solución” y en ese fuero entran muchas situaciones desde peleas entre vecinos hasta la “justicia terapéutica” en donde se interviene en cuestiones de salud mental.

LA JUSTICIA DE PAZ LE HA DADO UNA BOCANADA DE OXÍGENO A ESTOS TEMAS

Diego Ortiz expuso sobre “Medidas de protección para personas mayores”.

“Cuando hablamos de procedimiento de violencia familiar hay como una laguna de conocimiento porque no nos hemos formado con esa perspectiva” y los temas de violencia familiar en la justicia de paz son asignaturas pendientes.

Las medidas de protección en caso de personas mayores es un desafío no sólo procesal sino sustancial, desde el punto de vista del contenido, en ese sentido la convención interamericana de protección de personas mayores ha traído parámetros para intervenir en estos casos y ha dado ciertas herramientas.

La denuncia de violencia tiene un contenido social, cultural y estructural diferente a la de cualquier otra denuncia, la edad es una causa de vulnerabilidad y tenemos un componente de género, es decir, la situación social, cultural y económica de las mujeres mayores totalmente en desigualdad con los varones mayores y el tratamiento que se le da es diferente, en lo que es el reconocimiento de las interseccionalidades.

 

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